miércoles, 24 de agosto de 2011

por qué es eficiente el control ético de fauna urbana

MUNICIPIO EUTANÁSICO

“Generando Indiferencia”


El Estado captura y extermina animales. Cada año debe matar más animales e incrementar el presupuesto. Por ser un método ineficaz, la superpoblación persiste.

Las personas se acostumbran a ver animales callejeros enfermos, flacos, perdidos, abandonados, atropellados o muertos. También se habitúan a ver cajas con crías libradas a su suerte. Todavía más común es escuchar a los niños relatando la manera en que sus madres matan a las crías. Inevitablemente, una población que no puede albergar más animales se torna indiferente - como mecanismo de defensa - ante el dolor animal.


La política de matanza condiciona así la conducta del ciudadano, generando en su inconsciente esos mecanismos que lo llevan al desapego, al desamor, a tomar distancia del animal.

El proceso de desvalorización de la vida animal se agrava con el recambio permanente de generaciones que nacen y mueren en cada etapa reproductiva. Los cachorros superabundan, sin desparasitar, sin vacunar, sin esterilizar, porque no tienen “valor”, ya que son fácilmente sustituíbles. Los pocos que sobreviven, entran en celo y se escapan cegados por su instinto de reproducción. Esto poco preocupa a la familia, que para ese entonces ya tiene una nueva lechigada en el hogar.

Las ONGs confunden su rol, intentan reemplazar al Estado y terminan enemistadas con el gobierno y la comunidad.

Las campañas de concientización basadas en la educación discursiva no logran penetrar en la conciencia colectiva porque exigen del ciudadano una capacidad de reacción que escapa a sus pautas culturales y a sus posibilidades económicas.

EL MENSAJE SE DILUYE porque la familia es incapaz de resolver los problemas que la desbordan.

Mientras la política del Estado sea la de despreciar la vida de los animales, el futuro será poco promisorio para el ámbito privado.


MUNICIPIO NO EUTANÁSICO

“Generando Compromiso”


(*)
La política de control ético de la población, gestionada por el Estado y con criterio epidemiológico, pronto reduce la superpoblación, ya que ha demostrado ser el método idóneo. Por ser una política preventiva reduce el presupuesto destinado a control poblacional también a futuro.

Tras alcanzar el impacto poblacional deseado, los cachorros abandonados son rápidamente absorbidos por la comunidad. El sistema de TNR colabora en la adopción de algunos adultos.

La esterilización, con sus efectos saludables sobre los animales, que posibilita una mayor longevidad, detiene inmediatamente el recambio de ejemplares. La familia estabiliza la contención sobre sus animales y comienza un largo proceso de afianzamiento de vínculos afectivos. Es aquí donde el Programa tiene su mayor impacto porque logra revertir el proceso, agilizar etapas y acelerar cambios culturales.

Gobernar es educar. Y gobernar, educando con el ejemplo es el arma más poderosa.

Este Programa apunta a generar una tríada de RESPETO, AMOR Y RESPONSABILIDAD. En ese orden, primero respeto por su vida, luego amor, y por último, responsabilidad. El Estado “revaloriza” al animal porque lo trata con respeto. Por primera vez aparece la integración entre el plano normativo y el valorativo. El valor es el fundamento de la norma, en otras palabras, la vivencia del valor da sentido a la norma.

De esta manera, todo el Programa es un acto de aprendizaje. No se hace necesaria una campaña convencional de concientización, ya que el ejemplo es la mejor manera de ejercer influencia. La población copia ese estándar en el trato hacia los animales. Pronto la existencia de un animal herido o enfermo en la vía pública se torna inaceptable.

Las ONGs cumplen el indelegable rol para el cual fueron creadas.

EL MENSAJE PERDURA, crea hábito. El hábito con el tiempo se transforma en ley social. Las leyes sociales crean una nueva cultura.

Esta nueva cultura genera un mercado, del cual se beneficiará la actividad privada.

Y una ventaja adicional para el sector será la enorme población geriátrica.

Es sabido que la mayor inversión familiar en gastos veterinarios ocurre en los últimos 3 años de vida del animal, si éste llega a una edad avanzada.




(*) imágen de http://coquieducadorcanino.blogspot.com/











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