miércoles, 14 de septiembre de 2011
matador de toros
El sepultorero
1
Dicen que de tu frente asoman leones,
que tu lengua es azul de hablar con Dios
y que a tu lado las flores se electrizan.
Pero yo sólo veo una boina flotando en el aire
y una caótica elevación de neuronas y de nudos estéticos
que algunos llaman hombre.
Dicen que cuando caminas
a tu paso los lobos se vuelcan panza arriba
y en las nubes los truenos tragan lluvia,
que caminas y a tu paso el día se ilumina
y la hierba verdea.
Pero yo te veo hablar por la noche con las llamas
y descender en tu finca por largas escaleras
iluminadas de rojo.
2
Sepultorero, a quien cubres con tu roja mortaja
aún no está muerto,
es la hierba,
aire
en pie.
Si lograses ver ojos
en las piedras y manos en las hojas,
si lograses
ver mares en los labios, sepultorero, tu roja
mortaja
sería una manta
para el frío de un vagabundo.
Hay tantos vagabundos en España
pasando frío y hambre. Hay tantos
árboles rozando el cielo
y luego cayendo, tienen
pezuñas, tú
crees que es tierra
el aire que rodea al vagabundo que cubres,
mira su cabello, míralo bien son astas.
Sepultorero, a quien cubres con tu roja mortaja
aún no ha muerto,
es el cielo,
sangre
en pie.
Si lograses
ver voces
en las orillas y codos en las ramas,
si lograses
ver ríos en los te amos, sepultorero, tu roja
mortaja sería una alfombra hacia la hierba
para el toro que ahora tiene tanto frío
y es un vagabundo lejos
de la dehesa y tiene hambre de flores. Hay
tantos toros dentro del toro hambriento de amor,
tiene árboles dentro cayendo mientras
quieres cubrirlo, crees
que le rodea la tierra al vagabundo
con pelo de cuernos, míralo bien,
sus astas
tocan el cielo, son cielo
y son
labios.
Tiene árboles con frío, míralo bien, le caen los cuernos,
le caen los labios, le caen los ríos, míralo,
le caen a pocos las patas,
vagabundo de la hierba,
el frío,
le tapas las astas rojas,
son herida,
vagabundo.
ángel padilla
la guadaña entre las flores
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