miércoles, 4 de febrero de 2015

almeja amarilla, POR FAVOR tomemos conciencia

reta
la almeja amarilla, en constante peligro



Tal como informara el Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires, el pasado 5 de diciembre, continúa vigente "la veda total para la extracción comercial, artesanal y para consumo personal de moluscos bivalvos en toda la zona de costa bonaerense", recomendándose "a las autoridades de los municipios poner en conocimiento de la situación mencionada a la población en general, y que se abstengan de extraer para comercializar y/o recolectar en las playas para consumir moluscos bivalvos (almejas, mejillones, mejillines) hasta tanto se mantenga la medida establecida".

Nada de esto ha ocurrido, según observaciones a campo efectuadas en las playas de Reta. Se ha evidenciado cierta recuperación en la población de Mesodesma mactroides o almeja amarilla, pero también se ha visto una mayor extracción por parte de pescadores, turistas y vecinos del lugar.

Como se sabe, desde la década de los "50 comenzó una extracción descontrolada de este molusco que llevó a que, a mediados de los años "60, pelecípodos (especialmente mejillones del género Donax) comenzaran a abandonar su hábitat natural al norte del Río de la Plata y empezaran a prosperar en la costa bonaerense, al no encontrar su límite biológico natural que era la almeja.

Esta es la causa de que, por ejemplo, el Barco Hundido de Reta esté cubierto de estos animales, una especie que hasta la década de los '60 era propia de las playas uruguayas y brasileñas.
Esta presencia ha aumentado el índice talándico del ecosistema -inversamente proporcional a su salud medida por su eficacia energética- lo que significa que la salud biológica del ecosistema costero de la provincia ha disminuido por la inclusión de estos moluscos extraños como factor de competencia, ya que la competencia -por alimento, espacio y otros factores- es un tipo de relación biológica que empobrece el rinde energético de cualquier sistema biológico.


Sin control de la prohibición
Toda esta información ha pasado de largo por muchas playas de la provincia y por las autoridades municipales encargadas de informar que extraer almejas está prohibido.
Se ha visto que las extraen para comer en el lugar; para encarnar; para preparar platos en las casas; por mero juego o porque, sencillamente, "están allí". Y es así que no es raro ver luego, arrojados entre los pastos, baldes o bolsas llenas de almejas inútilmente muertas.

No se puede querer lo que no se conoce y no se puede cuidar lo que no se quiere: tal la síntesis de este drama ecológico que viven muchas playas, con vehículos destruyendo madrigueras, espantando bandadas de aves en reposo o simplemente ensuciando y descomponiendo las estructuras de arena del ecosistema de dunas costeras bonaerenses. Y a todo esto se le debe sumar la predación inútil de los sucesivos concursos de pesca y el profundo grado de deterioro generalizado que éstos dejan en el ecosistema de la playa, temporada tras temporada.

No obstante, es evidente que no sólo se trata de conocimiento: también es necesaria la sensibilidad para con la vida como un todo, para disminuir el ataque estéril del hombre sobre estos reductos naturales como lo son las playas bonaerenses. Y esta sensibilidad nace de una buena educación ambiental y estética... asunto que parece ser una asignatura pendiente desde hace demasiado tiempo en la población en general y en sus autoridades.


de: lavozdelpueblo.com.ar - 03/02/2015

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